¿En qué consiste la prejubilación?
La prejubilación es el resultado de un pacto entre trabajador y empresa para que el trabajador se retire antes de la edad que le corresponde.
Se trata de un acuerdo particular con unas condiciones negociadas de forma concreta, y para su realización deben estar de acuerdo tanto trabajador como empresario.
El resultado de esta negociación debe ser una indemnización laboral para el trabajador. Esta indemnización, por lo general, no se cobrará en un solo pago, sino dilatada en el tiempo.
Además, en algunos casos, la empresa también se compromete a abonar, además de la indemnización correspondiente, un complemento al trabajador de su subsidio de empleo.
Una cantidad económica suficiente para compensar al trabajador que se prejubila por los años que le restaban de trabajo y que ya no podrá disfrutar.
¿En qué casos hay prejubilación?
En despidos colectivos, la prejubilación puede ser un sistema de extinguir la relación contractual con los trabajadores por parte de la empresa, mediante un pacto entre ambas partes.
El trabajador, que todavía no tiene edad para jubilarse, puede pactar con la empresa una indemnización y pasará a cobrar la prestación por desempleo hasta alcanzar la edad oficial del retiro.
En España, durante los últimos años, han aumentado el número de prejubilaciones en grandes empresas. En muchos casos, estas corporaciones utilizan este instrumento para rejuvenecer sus plantillas.
La prejubilación no es un tipo de jubilación amparada por la Seguridad Social pero el trabajador mayor de 55 años puede suscribir un convenio especial, si se le agota el paro.
Mediante este acuerdo, el individuo puede cobrar 426 euros mensuales en concepto de subsidio hasta llegar el momento de retirarse definitivamente de la vida laboral y empiece a cobrar su pensión.
¿Cuáles son los requisitos para prejubilarse?
Al ser un pacto privado entre trabajador y empresa y no existir legislación al respecto, los requisitos para prejubilarse se establecen de forma particular entre ambas partes.
La gran mayoría de las prejubilaciones se producen a partir de los 55 años, pero también hay empresas que han optado en los últimos tiempos por prejubilaciones a edades más tempranas.
Lo más importante que debe tener en cuenta el trabajador es que no hay ninguna ley que le obligue a aceptar una prejubilación si considera que lesiona sus derechos fundamentales, o que va a dejarle en una condición poco ventajosa de cara a los años que le queden para jubilarse oficialmente.
Diferencias entre prejubilación y jubilación anticipada
A diferencia de la jubilación anticipada, las condiciones de la prejubilación no están reguladas por la Seguridad Social. De hecho, para el estado, las prejubilaciones no existen pues no están reconocidas en ninguna legislación.
No existe ninguna categoría en la Seguridad Social para los prejubilados ni mención alguna en el Derecho.
A diferencia de la jubilación anticipada, en la prejubilación el trabajador se va al paro, aunque reciba de la empresa una indemnización y complementos económicos para minimizar el impacto de este hecho.
Y, por último, uno de los inconvenientes que presenta la prejubilación, al no estar regulada ni reconocida por la Seguridad Social, es que ha habido casos de prejubilados a los que les eran ofrecidos nuevos puestos de trabajo desde el INEM, cuando el acuerdo alcanzado con su anterior empresa no les permitía incorporarse a más puestos de trabajo hasta la llegada de su retiro, lo que ocasionaba problemas para el empleado.