El despido a una trabajadora embarazada
En primer lugar, el embarazo no es causa de despido y no es obligatorio decir que estás embarazada en una entrevista de trabajo o en el mismo puesto de trabajo, a no ser que su actividad fuera de riesgo y su salud se pudiera ver afectada.
Es por ello, que como el embarazo no es motivo de despido, la empresa puede alegar otras causas que si lo sean como consecuencia de su trabajo. Un ejemplo de ello, es la bajada en rendimiento profesional, una reducción de beneficios, etc.
Sin embargo, si la empleada considera que su despido por embarazo obedece a causas machistas, tiene a su disposición una serie de vías legales que respaldarán su protección laboral.
Antes de llevar a cabo la demanda por discriminación, es indispensable solicitar la papeleta de conciliación laboral con el objetivo de llevar a cabo un acto de mediación, con el que resolver la situación con la empresa. Si tras la conciliación no es posible acuerdo, entonces se emprenderán acciones legales con la consiguiente demanda en el Juzgado de lo Social.
En la actualidad, la normativa legal vigente supone declarar nulo el despido a una trabajadora embarazada. La nulidad implica readmitir a la empleada y el abono de los salarios dejados de percibir tras el despido.
Abandono de puesto de empleo por embarazo
En ciertas empresas, la estrategia a seguir consiste en coaccionar y acosar a la empleada hasta que decida abandonar su puesto de empleo voluntariamente, con el objetivo de evitar una indemnización por parte de la patronal.
En estos casos, cuando la trabajadora comunica su embarazo comienza a recibir constantes críticas y objeciones sobre el desarrollo de su trabajo, hasta que la situación se convierte en insostenible.
El estrés durante el embarazo es un factor especialmente negativo para la salud de la mujer y el futuro bebé. Es por eso que llegados a este punto, es importante que la mujer sea consciente de hacer valer sus derechos antes de que sea demasiado tarde.
En el caso de grandes empresas, existen representantes sindicales encargados de defender los derechos al ser despedido en situación de abuso. Ellos pueden asesorarte sobre qué acciones emprender a nivel legal o mediar con tus superiores para restablecer el orden.
En empresas pequeñas donde los sindicatos no están presentes, la empleada podrá denunciar su situación a la Inspección de Trabajo, siempre que existan pruebas tangibles y evidentes de acoso (emails, cartas, sms, etc.).
Otra medida es solicitar una indemnización por despido improcedente, tras la resolución del contrato en relación al artículo 50.1 del Estatuto de Trabajadores. Las causas serían la discriminación sufrida con motivo del embarazo.
En todos los casos, hay que tener presente que en los contratos de periodo de prueba, la empresa no necesita causa alguna para despedir a un empleado, por lo que la mujer se encontraría más desprotegida legalmente en esta situación.
Como ves, no te pueden despedir estando embarazada alegando ese motivo para la rescisión de tu contrato.